En 2007, San Francisco albergaba una importante conferencia de diseño que atrajo a miles de visitantes, colapsando por completo la disponibilidad hotelera. Joe Gebbia y Brian Chesky, dos diseñadores industriales recién graduados del Rhode Island School of Design (RISD), enfrentaban dificultades para cubrir el costo de la renta de su departamento.
Aprovechando la situación, decidieron alquilar tres colchones inflables en su sala y ofrecer desayuno a los huéspedes. Crearon un blog sencillo llamado “Air Bed and Breakfast” y lo promocionaron en sitios de diseño.
En un solo fin de semana lograron tres reservas: una madre de 34 años, un joven estudiante de Boston y un huésped de origen indio que años más tarde aparecería en los materiales promocionales de la empresa. Ganaron mil dólares, lo que les permitió pagar la renta del mes.
Este experimento, nacido de una necesidad económica urgente, reveló un problema real en el mercado: durante eventos masivos, la demanda de alojamiento superaba ampliamente la oferta.
De la improvisación al modelo de negocio
La experiencia positiva durante la conferencia los motivó a explorar la idea como negocio. Nathan Blecharczyk, un joven programador formado en Harvard, se convirtió en el tercer cofundador tras responder a un anuncio en Craigslist para compartir departamento.
El trío se dio cuenta de que eventos como conferencias atraían a miles de personas que necesitaban hospedaje económico. Lanzaron un sitio mejorado para el festival South by Southwest (SXSW) de 2008, un evento tecnológico y cultural clave en Austin, Texas.
Rediseñaron la página, enlistaron 12 propiedades, pero solo lograron dos reservas, una de ellas realizada por el propio Chesky. Durante su estadía, experimentó la plataforma desde el punto de vista del cliente, lo que reveló una falla crítica: no contaban con sistema de pago, lo que generó tensiones con el anfitrión.
Esta situación hizo evidente la necesidad de crear una plataforma funcional con procesamiento de pagos seguro y automatizado.
Cajas de cereal y supervivencia creativa
Ante la falta de tracción, ingresos y sin inversores interesados, los fundadores optaron por una estrategia creativa: fabricar cajas de cereal personalizadas con motivos de las elecciones presidenciales de 2008.
Diseñaron dos productos: “Obama O’s” y “Cap’n McCain”. Compraban cereal barato, extraían el contenido y lo re-empacaban en cajas diseñadas por ellos mismos. Vendieron 800 de 1,000 cajas a 40 dólares cada una, recaudando 30,000 dólares. El resto, unas 200 cajas, fueron consumidas como alimento diario por ellos mismos.
Estas cajas se volvieron artículos de colección, llegando a revenderse por más de 50 dólares. Esta iniciativa captó la atención de Paul Graham, de Y Combinator, quien los aceptó en el programa de aceleración reconociendo que, aunque la idea de negocio aún era débil, el equipo mostraba una determinación inquebrantable.
Mentoría, foco y ramen en Nueva York
Con el respaldo de Y Combinator, los fundadores adoptaron una rutina estricta en Nueva York. Vivían con un presupuesto mínimo, apodado “ramen budget”: 1,000 dólares semanales entre los tres, que cubrían comida, renta y otros gastos.
Se dedicaron a visitar anfitriones en persona, descubriendo que muchos listados tenían fotografías deficientes y descripciones poco atractivas. Rentaron una cámara profesional y tomaron ellos mismos las fotos de las propiedades.
También identificaron que su modelo era demasiado restrictivo, ya que solo permitía listar colchones inflables o espacios temporales. Cambiaron el nombre a “Airbnb” y permitieron que los usuarios ofrecieran cualquier tipo de alojamiento.
Nathan aprovechó su experiencia en marketing digital para segmentar anuncios usando datos de Facebook y Google, lo que mejoró notablemente la adquisición de usuarios.
La explosiva etapa de crecimiento
A partir de 2010, Airbnb despegó con fuerza. Lograron 700,000 noches reservadas ese año, con un crecimiento del 80% en los últimos seis meses. En 2011, alcanzaron el millón de noches y recaudaron 112 millones de dólares con el respaldo de Sequoia Capital, Greylock Partners y Andreessen Horowitz.
Para 2013, agregaron 250,000 nuevas propiedades. La plataforma pasó de alojar eventos esporádicos a convertirse en una red global de hospedaje. En 2014, alcanzaron ingresos por 250 millones de dólares y en 2015 superaron los 1,000 millones.
La expansión fue rápida y sostenida, entrando en 190 países y superando a cadenas hoteleras tradicionales en número de huéspedes.
La evolución hacia una app de experiencias
En 2016, Airbnb presentó su visión de convertirse en una plataforma integral de viajes. Introdujeron “Experiencias”, una funcionalidad que permitía a los anfitriones ofrecer actividades culturales, tours gastronómicos, clases y más.
También adquirieron una app de reservas de restaurantes para integrar todo el viaje en una sola aplicación. Un video promocional mostraba a un viajero chileno homosexual en San Francisco, quien al hospedarse con un anfitrión mayor del barrio LGBTQ+ conectaba con la historia local, ilustrando el concepto de “viajar como un local”.
Aunque las experiencias no generaron grandes ingresos al principio, reforzaron la narrativa de cercanía, diversidad y autenticidad de la marca.
Las crisis de la confianza
El éxito trajo consigo problemas de confianza. Entre los casos más graves están departamentos convertidos en burdeles temporales, hallazgos de cadáveres en jardines y robos.
El caso más sonado fue el de una usuaria llamada EJ, diseñadora freelance, quien rentó su departamento y lo encontró completamente destruido: ropa quemada, paredes rotas, joyas robadas. Escribió un blog que se viralizó y expuso la falta de respuesta de la empresa.
Airbnb reaccionó tarde, emitiendo un comunicado que afirmaba haber contactado a la usuaria, cosa que ella negó públicamente. Finalmente, Chesky publicó una entrada titulada “We fucked up big time”, anunciando una garantía de 50,000 dólares para anfitriones y un servicio de atención 24/7.Este momento marcó un antes y un después en la política de responsabilidad de la empresa.
COVID-19: el golpe inesperado y la salida a bolsa
En 2020, la pandemia golpeó duramente a Airbnb, reduciendo las reservas globales en un 96%. La compañía despidió al 25% de su personal. A pesar del escenario devastador, avanzaron con su oferta pública inicial (IPO).
La acción salió a 68 dólares y cerró su primer día a 144.71, con una capitalización bursátil de 86,500 millones de dólares, duplicando su valuación pre-COVID. Este hito financiero ocurrió en medio de una de las crisis más severas para la industria del turismo, lo que evidenció la confianza del mercado en el modelo de negocio de Airbnb, a pesar de sus debilidades estructurales.
El conflicto con las ciudades
El crecimiento de Airbnb generó una serie de conflictos regulatorios. Ciudades como Nueva York, París, Berlín, Londres, Toronto, Ciudad de México y Tokio comenzaron a establecer normativas restrictivas.
Las críticas apuntaban a que Airbnb contribuía a la gentrificación, elevando precios de renta y expulsando a residentes locales. En la Ciudad de México, por ejemplo, barrios como la Roma y la Condesa experimentaron un aumento de precios en dólares, desplazando a habitantes tradicionales.
Aunque Airbnb argumenta que genera ingresos y turismo, las autoridades buscan mecanismos de control. Algunas soluciones han sido imponer límites mínimos de estancia o exigir que el anfitrión viva en la propiedad. El debate continúa entre la economía colaborativa y el derecho a la vivienda asequible.
Airbnb hoy: cifras que impresionan
En 2023, Airbnb reportó ventas por 9,900 millones de dólares, con un crecimiento interanual del 18%. Opera en 191 países, con más de 5 millones de anfitriones y 7.7 millones de anuncios activos.
La compañía mantiene una valuación superior a los 113,000 millones de dólares, dominando el 20% del mercado de alquileres vacacionales. Aunque en sus inicios se centraba en intercambios personales, muchas propiedades hoy son gestionadas por empresas con cientos de departamentos.
El ingreso promedio por anfitrión ronda los 13,800 dólares anuales. Airbnb ha superado en capitalización de mercado a Marriott, Hilton y Delta Airlines. De ser un proyecto improvisado, pasó a convertirse en una potencia global en menos de dos décadas.

10 consejos de negocio del caso de Airbnb
- Valida una idea con recursos mínimos
Airbnb comenzó con una solución improvisada para un problema inmediato: tres colchones inflables en un departamento durante una conferencia. Probaron el modelo con recursos limitados antes de invertir en su desarrollo. - Reinventa tu lanzamiento si nadie lo vio
El equipo relanzó Airbnb varias veces hasta lograr atención mediática. Aprendieron que, si el primer intento pasa desapercibido, es válido volver a intentarlo desde otro ángulo. - Convierte obstáculos en oportunidades creativas
Ante la falta de fondos, recurrieron a la venta de cajas de cereal personalizadas durante las elecciones de 2008. Esta táctica no solo les generó ingresos, sino que los llevó a conseguir inversión. - Elige socios que compartan tu visión y se complementen
Los tres fundadores aportaban habilidades distintas: diseño, programación y ejecución. Esta combinación fue clave para construir una empresa tecnológica con una experiencia de usuario sólida. - Escucha activamente a tus usuarios y adáptate
En Nueva York, los fundadores entrevistaron personalmente a anfitriones y viajeros. Detectaron problemas específicos (como la calidad de las fotos o las descripciones) y ajustaron la plataforma para solucionarlos. - Utiliza la tecnología para escalar con precisión
Airbnb aprovechó la segmentación avanzada de Facebook y Google Ads para llegar exactamente a su público objetivo en un momento en que los costos publicitarios eran bajos y los datos más accesibles. - Mantén enfoque y disciplina extrema en etapas tempranas
Durante su aceleración en Y Combinator, vivieron con lo mínimo, trabajaron jornadas intensas y evitaron distracciones. Esta mentalidad de austeridad les permitió concentrarse en mejorar el producto. - Asume la responsabilidad cuando fallas públicamente
Frente a una crisis de reputación por un caso de vandalismo, Airbnb reaccionó mal inicialmente, pero luego corrigió con una comunicación directa, una disculpa pública y nuevas políticas de protección para los anfitriones. - No ignores el impacto social de tu negocio
El crecimiento de Airbnb trajo consigo efectos negativos en comunidades locales como la gentrificación y el encarecimiento de rentas. Reconocer y gestionar ese impacto es crucial para la sostenibilidad del modelo. - Haz del uso interno de tu producto una práctica continua
Brian Chesky y otros líderes de Airbnb siguieron usando la plataforma como huéspedes y anfitriones. Esta práctica les permitió identificar oportunidades de mejora desde la experiencia real del usuario.