Novo Nordisk y la insulina que cambió al mundo

Hace cien años, un pequeño grupo de científicos cambió el curso de la medicina moderna. Todo comenzó cuando August Krogh, fisiólogo danés laureado con el Premio Nobel por sus estudios sobre el intercambio de oxígeno en la sangre, y su esposa Marie, médica y una de las primeras mujeres en obtener un doctorado en medicina en Dinamarca, enfrentaron un desafío personal: Marie fue diagnosticada con diabetes.

En una época donde el tratamiento para esta enfermedad era una dieta de inanición con menos de 500 calorías al día, sin medicamentos eficaces y con una expectativa de vida muy reducida, el diagnóstico era casi una sentencia de muerte.

Durante una gira científica por Estados Unidos, la pareja descubrió que en la Universidad de Toronto se estaban realizando experimentos pioneros con una hormona llamada insulina. Marie, una mujer informada e intelectualmente activa, contactó al doctor Elliot P. Joslin, uno de los pioneros en el tratamiento de la diabetes, y a través de esa conexión, convencieron a la universidad de permitirles estudiar el proceso de extracción y purificación de insulina.

Regresaron a Europa con una licencia exclusiva para Escandinavia y un objetivo claro: salvar vidas y transformar el tratamiento de la diabetes.

La insulina de animales: una solución imperfecta

La producción inicial de insulina era rudimentaria. El proceso implicaba extraer y triturar páncreas de animales, especialmente cerdos, para aislar la hormona.

Se necesitaban 33 páncreas por paciente al año, lo que significaba que tratar a 30,000 pacientes requería un millón de cerdos al año. Este método no solo era costoso y limitado, sino que también presentaba problemas de pureza y eficacia.

Para financiar la producción, Krogh y su equipo se aliaron con la empresa química danesa Løveapoteks, conocida hoy en día como Leo Pharma. A cambio del financiamiento, la insulina fue comercializada bajo el nombre de Leo.

Esta etapa marcó el nacimiento de Nordisk, una empresa que combinaba ciencia con una causa humanitaria: distribuir insulina a bajo costo en Escandinavia, financiando sus operaciones a través de exportaciones al resto de Europa.

Nacimiento de una rivalidad histórica

Las tensiones internas llevaron a una fractura significativa. Thorvald Pedersen, un ingeniero clave en el proceso de producción de insulina, tuvo serios desacuerdos con el doctor Hans Christian Hagedorn, quien insistía en controlar aspectos operativos a pesar de ser clínico.

Pedersen, sintiéndose invadido y no valorado, decidió separarse y fundar su propia compañía al otro lado de la calle: Novo. Se llevó consigo a su hermano Harald y parte del equipo técnico, incluyendo innovaciones que había desarrollado.

Así comenzó una rivalidad industrial que duraría 65 años. Ambos grupos mantenían sus propios laboratorios, hospitales y estrategias científicas. Mientras Hagedorn en Nordisk seguía una visión médica ortodoxa, basada en el control rígido del paciente, Pedersen apostaba por un enfoque más empático y cómodo. La competencia entre ambos estimuló avances notables en calidad, duración y pureza de la insulina.

La insulina de larga duración

Uno de los momentos decisivos fue el desarrollo de la primera insulina de larga duración por parte de Nordisk. Este avance permitía a los pacientes inyectarse con menos frecuencia, mejorando notablemente su calidad de vida.

Novo intentó replicar la fórmula, pero Nordisk lo demandó por plagio. En un juicio memorable, Hagedorn se representó a sí mismo ante la Corte Suprema de Dinamarca y ganó el caso, un reflejo del orgullo y del dominio técnico que tenía sobre su trabajo.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la ocupación nazi paralizó las exportaciones de Nordisk, que dependía del mercado europeo. Novo, en cambio, se consolidó como proveedor dentro de Escandinavia, produciendo para la población local y también para los países bajo control alemán.

A pesar de esta asociación forzada, Novo protegió a empleados judíos, financió la resistencia danesa y limitó activamente el suministro a los nazis, ganando reconocimiento moral tras la guerra.

El retorno de Nordisk y el salto a Estados Unidos

Terminada la guerra, Nordisk, debilitada económicamente, pero decidida, redobló esfuerzos en investigación y expansión. Bajo una nueva dirección, optó por lanzar una agresiva estrategia para entrar al mercado estadounidense.

Contrató una fuerza de ventas dedicada, invirtió en marketing y adaptó sus productos a las regulaciones de la FDA. El resultado fue un crecimiento del 30% anual durante toda la década de 1970.

Mientras tanto, Novo había apostado sus recursos en el mercado de enzimas industriales, como las usadas en detergentes y procesamiento de alimentos. Aunque se trataba de un mercado emergente, los márgenes eran bajos y los costos elevados, lo que debilitó su posición financiera y operativa frente al avance imparable de Nordisk en el negocio farmacéutico.

Fusión, biotecnología y el nacimiento de un gigante

La presión financiera obligó a Novo a replantear su futuro. En los años 80, con el auge de la biotecnología impulsado por empresas como Genentech en Silicon Valley, ambas compañías entendieron que unirse era la mejor forma de sobrevivir y competir globalmente. La fusión entre Novo y Nordisk marcó el nacimiento de Novo Nordisk.

Juntos desarrollaron insulina humana mediante ingeniería genética, eliminando la necesidad de utilizar órganos animales. Esto permitió una producción más limpia, segura y escalable.

También lanzaron herramientas revolucionarias: las plumas dosificadoras de insulina que facilitaban la auto aplicación, y los primeros monitores de glucosa en sangre, que ayudaban a ajustar las dosis con precisión casi clínica.

El enemigo silencioso: la epidemia de obesidad

Mientras la ciencia avanzaba, el contexto social se transformaba. Entre 1960 y 1980, los niveles de obesidad en adultos pasaron del 1.4% al 3.2% a nivel mundial. El sobrepeso creció del 11% al 25%.

Este aumento abrupto, provocado por cambios en la alimentación, el sedentarismo y el entorno urbano, convirtió a la obesidad en una pandemia silenciosa. La relación entre obesidad y diabetes tipo 2 se volvió evidente.

La demanda de soluciones médicas se disparó. Novo Nordisk, con su enfoque centrado en estas dos enfermedades, se posicionó estratégicamente para enfrentar uno de los mayores retos de salud del siglo XXI.

GLP-1: el descubrimiento que lo cambió todo

El péptido GLP-1, una molécula que regula el apetito y estimula la secreción de insulina, fue descubierto casi por accidente por Daniel Drucker en un laboratorio precario de Massachusetts.

Poco después, otro investigador descubrió que una variante de esta molécula se encontraba en el veneno del monstruo de Gila, un lagarto del suroeste de EE. UU. Esta variante tenía un efecto más duradero en el organismo humano.

Inspirados por este hallazgo, investigadores y farmacéuticas comenzaron a trabajar en medicamentos que imitaran el GLP-1, con la esperanza de controlar tanto la diabetes como la obesidad a través de la modulación del apetito y la glucosa.

Lotte Kjergaard, investigadora de Novo Nordisk, logró sintetizar un análogo del GLP-1 llamado liraglutida, con una duración de hasta 13 horas. Aunque su uso original era para la diabetes, las pruebas mostraron que los pacientes también perdían peso.

Inicialmente, la empresa fue escéptica y reacia a entrar en el polémico mercado de los tratamientos para la obesidad, debido a fracasos previos en la industria. Pero Kjergaard insistió.

La compañía inició estudios clínicos en paralelo para obtener la aprobación del medicamento tanto para diabetes como para pérdida de peso. En 2010 se lanzó la primera versión para diabetes. En 2021, bajo el nombre comercial de Wegovy, se aprobó oficialmente como tratamiento para la obesidad.

Una solución efectiva, pero no definitiva

Medicamentos como Ozempic y Wegovy permiten perder hasta el 20% del peso corporal con una sola inyección semanal. Sin embargo, el efecto es transitorio: al suspender el tratamiento, el apetito vuelve y el peso se recupera.

Además, estos medicamentos son costosos y han generado escasez global, debido al uso indebido por parte de personas que no cumplen con criterios médicos, especialmente celebridades.

Se plantean también interrogantes sobre los efectos a largo plazo y el impacto psicológico. Estudios preliminares sugieren que el GLP-1 puede alterar los mecanismos cerebrales del placer, afectando el apetito, pero también otras fuentes de satisfacción como el ejercicio, la comida o incluso las relaciones sociales.

El auge de los medicamentos GLP-1 ha encendido un debate mundial sobre ética, equidad y salud pública. Si bien son una herramienta poderosa contra la obesidad, también presentan riesgos y efectos secundarios que aún no se estudian. La producción no alcanza la demanda, y los precios los hacen inaccesibles para amplios sectores de la población.

Los defensores argumentan que, al reducir la obesidad, estos fármacos podrían prevenir millones de casos de diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Los críticos temen que se perpetúe una visión farmacológica del bienestar en lugar de promover hábitos saludables estructurales. La discusión apenas comienza.

Novo Nordisk una farmacéutica con misión

En los últimos cinco años, la acción de Novo Nordisk ha crecido un 450%. Sus ingresos han superado los 30,000 millones de dólares anuales, impulsados en gran parte por sus tratamientos GLP-1.

La empresa ha rechazado ofertas de compra por parte de grandes farmacéuticas para proteger su estructura basada en fundaciones y su misión: luchar contra la diabetes y la obesidad con rigor científico y compromiso social.

En un mundo donde el 54% de la población tiene sobrepeso y el 7% sufre diabetes, Novo Nordisk representa no solo un negocio, sino un actor clave en la salud pública global.

La historia de Novo Nordisk es una lección viva de cómo la ciencia, la ética y la competencia pueden cambiar el destino de millones de personas. Desde un pequeño laboratorio con páncreas de cerdo hasta una farmacéutica de vanguardia, su trayectoria ha estado marcada por la persistencia, la independencia y la visión a largo plazo.

Al evitar atajos, rechazar adquisiciones tentadoras y enfocarse en un propósito claro, la empresa danesa ha demostrado que es posible construir un imperio farmacéutico sin renunciar a sus principios.

Su historia es también un reflejo de los dilemas del siglo XXI: salud, tecnología, desigualdad y responsabilidad colectiva.

Chisme Corporativo - Novo Nordisk

10 consejos de negocio que aprendemos de Novo Nordisk

  1. Conecta una necesidad personal con una oportunidad de mercado
    La historia de Novo Nordisk comenzó con la necesidad de salvar la vida de una persona cercana. Detectar problemas reales y personales puede ser el punto de partida para desarrollar soluciones con impacto global.
  2. Aprovecha alianzas estratégicas para acelerar el desarrollo
    La colaboración entre científicos y empresas, como la alianza con Leo Pharmaceutical, permitió financiar y escalar una innovación que de otra manera habría sido inviable por sus altos costos.
  3. La competencia sana impulsa la innovación
    La rivalidad entre Nordisk y Novo, aunque motivada por el ego, generó una carrera de avances tecnológicos que mejoraron la calidad y accesibilidad del tratamiento para la diabetes.
  4. Diversificar puede ser riesgoso si descuidas tu fortaleza principal
    Novo se debilitó al invertir demasiado en enzimas sin consolidar su liderazgo en insulina, mientras Nordisk creció al mantener su foco y reinvertir en su producto estrella.
  5. No subestimes el poder de una fusión cuando el objetivo es claro
    La unión de Novo y Nordisk, tras 65 años de rivalidad, permitió combinar fortalezas complementarias y competir contra gigantes emergentes como Genentech.
  6. Adáptate tecnológicamente para mantener tu relevancia
    Al incorporar ingeniería genética y pasar de insulina animal a humana, Novo Nordisk aseguró su sostenibilidad y escalabilidad, eliminando cuellos de botella biológicos.
  7. Escuchar a los científicos internos puede abrir nuevas líneas de negocio
    Lotte Kjergaard, investigadora de Novo Nordisk, insistió en investigar el GLP-1 como tratamiento para la obesidad, abriendo un mercado mucho más amplio que la diabetes.
  8. Anticiparse a cambios sociales amplifica el impacto del negocio
    Al reconocer la epidemia de obesidad desde sus primeras fases, Novo Nordisk se posicionó estratégicamente para liderar una industria naciente y masiva.
  9. Proteger la misión es tan importante como proteger los ingresos
    Rechazar adquisiciones lucrativas para mantener el control en manos de una fundación demuestra que el crecimiento sostenible puede coexistir con una ética sólida.
  10. Ser pionero exige paciencia, perseverancia y visión de largo plazo
    Tardaron décadas en desarrollar medicamentos como Wegovy, y la empresa solo logró su posición actual gracias a una estrategia coherente, sostenida durante más de un siglo.