En un mundo digital donde la atención es el recurso más escaso, OnlyFans ha logrado convertir un tema tabú en una de las historias de crecimiento más sorprendentes del ecosistema tecnológico.
Con más de 200 millones de usuarios y una valuación de 18,000 millones de dólares, la plataforma ha desafiado los convencionalismos del entretenimiento digital y ha capitalizado una industria ignorada por la mayoría de los inversionistas: el contenido para adultos.
Aunque frecuentemente se enfoca el debate en sus creadores, muy pocas veces se analiza a fondo la empresa misma, su estructura y su modelo de negocio. Esta omisión es precisamente lo que hace a OnlyFans tan intrigante y polarizante.
Lo que inicialmente parecía un nicho marginal, se convirtió en una maquinaria global capaz de generar ingresos millonarios sin depender de capital de riesgo o de campañas de marketing convencionales. La empresa logró articular una propuesta de valor poderosa en torno a la autonomía de los creadores, lo que también ha fortalecido su narrativa pública.
Su discreción estructural, combinada con una creciente demanda por contenido personalizado, ha sido clave para su consolidación como uno de los actores más rentables de la “creator economy”.
De Patreon a imperio del contenido exclusivo
OnlyFans se define oficialmente como una plataforma de suscripciones para creadores de contenido, similar en origen a Patreon. Sin embargo, mientras que Patreon mantuvo un enfoque generalista, OnlyFans encontró su crecimiento explosivo al enfocarse en contenido sexualmente explícito.
En teoría, ambas plataformas ofrecían acceso exclusivo a contenido a cambio de una suscripción, pero OnlyFans fue arrastrada hacia el contenido adulto por las propias preferencias de sus usuarios y creadores. Hoy en día, la plataforma alberga a cerca de 3 millones de creadores y ha superado con creces a Patreon tanto en número de usuarios como en ingresos generados.
Este cambio de enfoque no fue inmediato, pero sí progresivo y claramente direccionado. La posibilidad de cobrar directamente a los seguidores por contenido más personal, sin intermediarios, resultó irresistible para miles de creadores, lo que generó un efecto dominó dentro de la plataforma.
A diferencia de otras redes sociales, aquí los incentivos económicos eran claros y directos, lo cual favoreció una migración constante desde espacios como Instagram o TikTok, donde la monetización suele ser indirecta.
OnlyFans y la economía del deseo
El crecimiento de OnlyFans debe entenderse en el contexto de tres industrias convergentes: la economía de los creadores, el comercio electrónico por suscripción y la pornografía digital. Mientras que el e-commerce por suscripción ha crecido a un ritmo anual del 64% desde 2020, la industria pornográfica mueve 97,000 millones de dólares anuales, con un 35% de todas las descargas en internet relacionadas con contenido para adultos.
El modelo de OnlyFans, basado en relaciones directas entre creadores y suscriptores, ha sido posible gracias a la digitalización de esta industria y a una estructura de costos casi nula: los creadores producen contenido desde casa, sin necesidad de sets ni personal técnico.
Además, el componente de exclusividad y la interacción directa con los fans ha transformado el consumo pasivo en participativo, elevando el valor percibido del contenido. Esta convergencia de variables tecnológicas, culturales y económicas ha convertido a OnlyFans en una plataforma que responde con precisión quirúrgica a las nuevas lógicas de consumo digital.
Tim Stokely: el arquitecto inesperado
Tim Stokely fundó OnlyFans en 2016 con una inversión inicial de 10,000 libras esterlinas, prestadas por su padre. Con antecedentes en sitios de fetiches y contenido personalizado como Glam Worship y Customs4U, su interés en la industria del porno era evidente mucho antes de lanzar OnlyFans.
La narrativa oficial sostiene que su objetivo era empoderar a los creadores a través de suscripciones, pero su experiencia previa y los primeros pasos de la plataforma sugieren una orientación inicial deliberada hacia el contenido adulto. El crecimiento rápido y el posicionamiento como líder en este sector no fueron accidentales, sino el resultado de una estrategia bien ejecutada.
Stokely demostró una visión aguda al identificar un nicho desatendido, y al mismo tiempo, mostró una habilidad empresarial poco común al convertir una idea marginal en un producto global de alto rendimiento. Su perfil emprendedor, que empezó revendiendo comida en la escuela, evolucionó hacia un modelo de negocios que rompió paradigmas en la distribución de contenido digital.
Leonid Radvinsky: el magnate invisible
En 2018, el ucraniano-estadounidense Leonid Radvinsky adquirió el 75% de OnlyFans, acelerando su transformación hacia una plataforma abiertamente centrada en contenido explícito.
Dueño de más de 950 dominios de sitios pornográficos y fundador de MyFreeCams, Radvinsky es considerado el verdadero “rey del porno digital”. Aunque nunca ha sido el rostro público de OnlyFans, su influencia ha sido determinante: en 2023, recibió 500 millones de dólares en dividendos, consolidando una fortuna personal que supera los 2,000 millones.
Su bajo perfil y hermetismo contrastan con su enorme poder dentro de la empresa. Bajo su liderazgo silencioso, la empresa ha seguido una estrategia de consolidación que le ha permitido dominar un mercado con pocas barreras de entrada, pero alto estigma social.
La comprensión del comportamiento digital, combinada con su historial de rentabilidad en sitios de alto volumen, hicieron de Radvinsky el complemento perfecto para escalar OnlyFans sin recurrir a fondos institucionales.
La pandemia como catalizador
El confinamiento por COVID-19 en 2020 fue el punto de inflexión para OnlyFans. Ese año, la plataforma alcanzó un millón de creadores y generó más de 2,000 millones de dólares en ingresos.
Figuras como Cardi B y Michael B. Jordan incursionaron en la plataforma, aunque de forma breve, ayudando a normalizar su uso más allá del contenido adulto. Al mismo tiempo, miles de personas que habían perdido sus empleos vieron en OnlyFans una oportunidad económica.
La posibilidad de monetizar la cercanía con los seguidores y el auge del contenido producido en casa generaron una narrativa de empoderamiento que atrajo a nuevas audiencias. Este período no solo disparó el número de usuarios y creadores, sino que también consolidó la identidad de la marca como un refugio digital para quienes buscaban independencia económica en medio del caos global.
En paralelo, se produjo un giro en la percepción cultural: el “contenido exclusivo” comenzó a ser visto no solo como un producto, sino como una experiencia transaccional emocionalmente significativa para muchos usuarios.
Crisis de identidad y presión financiera
En agosto de 2021, OnlyFans anunció que prohibiría el contenido explícito en su plataforma. La decisión, aparentemente motivada por la presión de bancos como JPMorgan que se rehusaban a procesar pagos asociados con la industria pornográfica, desató una ola de críticas y protestas entre millones de creadores.
La reacción fue tan intensa que OnlyFans revocó la medida apenas seis días después. Este episodio expuso una tensión latente entre el deseo de legitimidad financiera ante potenciales inversionistas institucionales y la dependencia estructural del contenido para adultos que sostiene la plataforma.
El incidente también reveló la falta de una visión clara sobre el futuro de la empresa y dejó cicatrices en su relación con los propios creadores, quienes sintieron que habían sido utilizados como un trampolín comercial.
La retirada de Stokely y el viraje corporativo
Tras la crisis de 2021, Tim Stokely dejó el cargo de CEO y fue reemplazado por Amrapali Gan, quien había sido directora de Comunicación de la empresa. Posteriormente, Keily Blair asumió la dirección general.
Ambas han insistido en redefinir el discurso institucional alejándolo del contenido explícito, destacando OnlyFans como una plataforma de empoderamiento y libertad creativa. Esta estrategia busca ampliar el espectro de inversores interesados y posicionar a la empresa como un actor más neutro dentro de la economía digital.
Mientras tanto, Stokely reapareció en 2024 al frente de una startup de aviación de lujo, buscando desvincularse de su pasado en el entretenimiento para adultos. La salida de Stokely marcó también el fin de una era caracterizada por el crecimiento orgánico y la narrativa del emprendedor rebelde.
El modelo de negocio: una pirámide de ingresos desiguales
OnlyFans cobra una comisión del 20% sobre todos los ingresos generados por los creadores, quienes monetizan a través de suscripciones mensuales, contenido exclusivo y propinas dentro de la plataforma.
Aunque existen casos notables como Mia Khalifa o Amouranth que han amasado fortunas, el ingreso promedio mensual es de apenas 180 dólares. El 1% superior de los creadores concentra el 33% de los ingresos totales, mientras que el 10% abarca hasta el 73%, evidenciando una estructura piramidal clásica.
Esta desigualdad plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del modelo y sobre la validez de la narrativa de empoderamiento que promueve OnlyFans. Mientras unas pocas figuras alcanzan el estrellato financiero, la gran mayoría enfrenta los mismos retos económicos que en cualquier otra plataforma de contenido.
El lado oscuro: chatbots, suplantaciones y menores
Con el crecimiento de OnlyFans ha surgido una industria paralela: las llamadas “granjas de chatters” ubicadas principalmente en Filipinas y otros países del sudeste asiático, donde trabajadores simulan conversaciones con los usuarios haciéndoles creer que interactúan directamente con sus creadoras favoritas.
Esta práctica, basada en el anonimato y la automatización, erosiona la autenticidad de la experiencia y plantea problemas éticos significativos. A ello se suman los avances en inteligencia artificial que ya permiten generar contenido hiperrealista, incluso videos, con rostros y cuerpos ficticios o suplantados.
La posibilidad de crear escenas personalizadas en tiempo real abre la puerta a la explotación no consentida de la imagen, una amenaza directa tanto para creadores reales como para figuras públicas.
Además, investigaciones recientes de la BBC y el organismo regulador británico Ofcom han puesto en duda la eficacia de los controles de edad en la plataforma, revelando que menores de edad pueden acceder y, en algunos casos, participar como creadores, exacerbando los riesgos de explotación infantil.
Empoderamiento o explotación: el debate moral
En el centro del debate sobre OnlyFans está el empoderamiento y la explotación. Por un lado, la plataforma ha sido celebrada por permitir que mujeres, personas trans y otros grupos marginados generen ingresos de forma independiente y sin intermediarios violentos.
Para muchos, representa una forma de emancipación económica que les brinda seguridad y control sobre su contenido. Por otro lado, las críticas apuntan a que OnlyFans perpetúa una economía basada en la cosificación sexual, donde el poder sigue estando en manos del consumidor masculino.
Además, la narrativa del empoderamiento puede ser una fachada para normalizar una presión social creciente sobre las mujeres jóvenes, quienes perciben el contenido sexual como una vía rápida hacia el éxito económico.
El discurso aspiracional en redes sociales, sumado a la visibilidad de casos excepcionales de riqueza, oculta la realidad de la gran mayoría que apenas obtiene ingresos suficientes para subsistir.
OnlyFans ha revolucionado la relación entre creadores y audiencias, generando fortunas y abriendo nuevas rutas de monetización. Pero también ha expuesto las contradicciones de una sociedad que consume contenido sexual al tiempo que lo estigmatiza.
Su éxito es indiscutible; su legado, aún incierto. El caso de OnlyFans invita a reflexionar sobre los límites del capitalismo digital y los vacíos regulatorios en torno a la explotación de la imagen, el consentimiento y la equidad.
En un entorno donde la tecnología avanza más rápido que la legislación, la plataforma se convierte en un espejo de nuestras paradojas culturales: deseamos libertad, pero también control; buscamos autenticidad, pero consumimos ficciones.
El futuro de OnlyFans dependerá de su capacidad para reinventarse, integrar ética y transparencia, y sostener su crecimiento sin traicionar a quienes lo hicieron posible.

10 consejos de negocio que extraemos del caso OnlyFans
- Identifica un nicho desatendido con alto potencial de monetización
OnlyFans detectó una oportunidad en el contenido para adultos personalizado y la explotó mediante un modelo de suscripción directa, ignorado por otras plataformas más generalistas. - Crea un modelo de negocio autosustentable desde el inicio
La empresa fue financiada inicialmente con recursos propios, sin inversión externa, lo que le permitió mantener el control total y evitar compromisos con capital de riesgo. - Adáptate a las demandas del mercado sin perder foco estratégico
Aunque su creador afirmaba tener una visión similar a Patreon, la plataforma se adaptó rápidamente al uso que le dieron los usuarios, consolidándose como líder en contenido explícito bajo demanda. - Aprovecha momentos de disrupción global como catalizadores de crecimiento
Durante la pandemia, OnlyFans multiplicó su base de usuarios y creadores, capitalizando el encierro, el desempleo y el auge del consumo digital. - Ofrece control y participación directa a los creadores de contenido
La posibilidad de que los usuarios paguen directamente a los creadores sin intermediarios aumentó la fidelidad, la retención y el sentido de propiedad sobre el contenido. - Evita depender de narrativas corporativas que contradigan tu base de ingresos
El intento de eliminar el contenido explícito para atraer inversionistas expuso una desconexión entre el discurso público y la realidad económica de la empresa. - Comprende la estructura desigual de ingresos y actúa con transparencia
El 1% de los creadores concentra una gran parte de los ingresos. Reconocer y gestionar esta desigualdad es clave para mantener la legitimidad del modelo ante la comunidad. - Anticipa y regula los riesgos tecnológicos antes de que erosionen tu reputación
La proliferación de “chatters” y contenido generado por inteligencia artificial plantea desafíos éticos y legales que deben enfrentarse con políticas claras. - Cuida la percepción pública sin traicionar a tus usuarios más leales
El caso demuestra la importancia de no alienar a los creadores que sostienen el negocio, incluso cuando se intenta limpiar la imagen ante posibles inversionistas. - Construye un negocio que no dependa únicamente del discurso de empoderamiento
Aunque la narrativa del empoderamiento es poderosa, también puede volverse una trampa si no se sustenta con resultados económicos reales y sostenibles para la mayoría.