Juzgar a los demás es más fácil que criticarse a uno mismo. Pero, por tu propio bien y tu felicidad, tienes que aprender a juzgar menos a los demás.
Ser criticón puede parecer más divertido que ayudar a alguien a salir de un aprieto. Y también es más divertido criticar a los demás cuando estamos con amigos en lugar de ponerse a discutir eventos globales. Sin embargo, es importante aprender a abstenerse de juzgar a los demás, ya que hacerlo puede ser perjudicial para nuestro bienestar.
Algunas personas son culpables de ser demasiado criticonas. Por ejemplo, chismean sobre lo que dijo tal o cual persona, critican a los vecinos que permiten que sus hijos vean la televisión hasta las 11 de la noche y juzgan a cualquiera que a su parecer toma una mala decisión.
La mentalidad de las personas criticonas
Cuando te rodeas de gente positiva y tienes un cambio importante de mentalidad, te das cuenta de que ser demasiado criticón es simplemente una forma de compensar tus propios defectos.
Cuando eres criticón crees tener la capacidad de darte cuenta cuando la vida de las personas va de mal en peor y crees que tienes el poder para criticarlas y hacerles saber que tú lo podrías hacer mejor.
Si eliminas de tu vida el hábito de chismorrear, te sentirás mucho mejor contigo mismo porque tendrás más tiempo para hacer planes y mejorar tu vida. Cuanto menos critiques a los demás, mejor podrás concentrarte en ti mismo.
¿Por qué eres tan criticón?
¿Eres demasiado criticón? A continuación, hablaremos sobre algunas de las razones por las que puedes estar haciendo esto.
1. No te sientes lo suficientemente bien
Si eres perfeccionista, probablemente estés pensando que quieres ser la mejor versión de ti mismo. Tienes que trabajar duro para lograrlo, o de lo contrario no te sentirás bien con quién eres.
La idea de perfección es una ilusión, ya que es subjetiva y lo que es bueno para una persona puede no serlo para otra. Nunca podrás alcanzar la ilusión de la perfección.
Como perfeccionista, es posible que hayas desarrollado este comportamiento debido a las altas expectativas que tus padres tenían respecto a ti. También puedes haber pensado que tus padres no te dieron suficiente crédito cuando eras niño, lo que te llevó a creer que necesitabas ser perfecto para poder satisfacerlos.
2. Tienes una perspectiva pesimista
Antes de poder ver la belleza y los dones de la otra persona, ¿buscas sus defectos? Esto puede volverte un criticón.
También puede ser que tu naturaleza sea buscar siempre las cosas que están mal antes de darse cuenta de lo que estaba bien. Incluso puedes quejarte y lamentarte de lo horrible que es la gente sin haberla conocido.
Si a una persona le va bien, entonces la criticas por lo duro que trabaja o por el poco tiempo libre que tiene en la vida. O si una persona es hermosa, piensas que es vanidosa y que solo se preocupa por su apariencia.
Es posible que tus padres te hayan enseñado a criticar de esta manera cuando eras niño y este comportamiento se te quedó grabado en la mente. Aprendiste este comportamiento al ser testigo de cómo lo hacían las otras personas de manera constante.
3. Eres demasiado duro contigo mismo
La cuestión es que eres criticón con los demás porque eres muy duro contigo. Si comienzas a aceptarte a ti mismo, ya no tendrás esas expectativas irreales y tampoco las tendrás para los demás.
Cómo dejar de juzgar y criticar a los demás
Aquí hay algunas maneras en las que puedes dejar de señalar las deficiencias de los demás y comenzar a ser más positivo.
1. Empatiza con los demás
Antes de criticar o juzgar a alguien, intenta ponerte en su lugar para encontrar una razón por la cual se comporta de determinada manera. Esto te ayudará a evitar juzgarlos.
La gente tiene diversas razones para querer hacer algo, ya sea que estén buscando la felicidad o simplemente lo hacen por el bien de otra persona, no tienes derecho a juzgarlos si no comprendes lo que los motiva.
A menos que seas testigo de una actividad criminal, entonces deja de juzgar a los demás por sus elecciones de vida.
2. No eres el jefe de las personas
No eres el jefe de las personas que te rodean. No tienes el derecho a criticar a alguien o decirle que eres mejor que ella.
No importa quien seas, a lo que te dedicas o el nivel de especialización que tengas, no puedes decirle a alguien que está viviendo su vida en el error. A menos que tengas un profundo y verdadero conocimiento de lo que dice y hace, no tienes ningún derecho a juzgar a la otra persona.
Debes recordar que cada uno vive su vida como mejor le parece, y no tienes que ser como tú lo dices, por lo tanto, no tienes derecho a criticar, aunque te importe mucho.
3. Corrobora primero los hechos
En caso de que estés planeando hacer un alboroto y tratar de sacar a alguien del camino que está eligiendo seguir, primero debes comprobar todos los hechos. A menudo criticamos y juzgamos a las personas sin conocer realmente todos los detalles de su situación.
Ten cuidad con chismorrear y afirmar cosas que no has comprobado porque podrías arruinar la reputación de la otra persona y ponerlos en riesgo.
4. Reemplaza las críticas con elogios
Una de las formas de disminuir las críticas a los demás es intentar reemplazar los comentarios negativos por positivos. No necesitas herir los sentimientos de los demás para sentirte mejor.
Procura felicitar a las personas y decirles cuánto te alegras por que han alcanzado sus objetivos.
5. Se más positivo
Uno de los pasos más importantes para dejar de criticar es desarrollar una mentalidad positiva. Antes de hacer cualquier declaración, pregúntate lo que eso ocasionará en la otra persona.
Es preferible no decir nada si sabes que puedes ocasionar que la otra persona se entristezca o se deprima, y por el contrario, si tienes un pensamiento positivo que les levantará el ánimo, no dudes en decirlo.
Si tú estás feliz tendrás menos cosas negativas que decir de los demás. Cuando tenemos sentimientos positivos sobre nosotros mismos los podemos transmitir a los demás a través de elogios y declaraciones positivas.
6. Conoce la diferencia entre crítica y consejo
Es importante distinguir entre ser criticón y dar consejos a las personas que te importan.
Criticar es inundar a la otra persona con cosas negativas sin ofrecerla ayuda. Por otro lado, dar consejos es cuando haces todo lo posible por ayudar a la persona en todo lo que puedas.
Criticar es reprender a tu amiga porque ha vuelto con la expareja que la engañó y además la haces sentir mal por haber tomado esa decisión. Por el contrario, puedes ser comprensivo dándole consejos para no salir lastimada de esa relación.
7. Se feliz contigo mismo
La mayoría de las personas tienden a criticar y juzgar a los demás debido a su infelicidad con sus propias vidas. Intentan arreglar su situación tratando de “ayudar” a alguien más.
Esto ocurre a menudo en personas sin rumbo que son incapaces de realizar cambios en sus vidas.
Es importante recordar que, si tú tienes una mala experiencia, no asumas que todos los demás están pasando por lo mismo. En lugar de eso, intenta trabajar en ti mismo primero.
8. Hay cosas más importantes en el mundo
Una de las formas más efectivas para dejar de criticar a los demás es reconocer que están sucediendo cosas más importantes en el mundo. Dado que la vida es corta, ¿por qué no deberías simplemente disfrutarla y dejar de intentar manipular a los demás?
En lugar de centrarte en lo que hacen las personas que te rodean, intenta canalizar tu energía hacia otros asuntos.
9. ¿Qué estás proyectando sobre ellos?
Las personas criticonas suelen proyectar sus inseguridades en los demás. En lugar de mirarse al espejo, es más fácil mirar a los demás para juzgar lo que están haciendo.
Si sueles criticar a alguien porque es rico y gasta mucho dinero, puede ser que te sientas inseguro por no ganar el dinero suficiente para alcanzar tus metas. Al analizar y profundizar en tus inseguridades, podrás identificar por qué eres criticón.
10. No has vivido su vida
Es fácil criticar y señalar las deficiencias de los demás, pero nunca se puede entender realmente cómo es vivir la vida de esas personas. Probablemente no podrías hacerlo mejor que ellos, y en una de esas podrías hacerlo peor.
Debes evitar juzgar a los demás porque no entiendes por lo que están pasando.
11. Acéptate a ti mismo y a tus defectos
Deberías dejar de juzgar y proyectar tus inseguridades en los demás. En lugar de eso, sé amable contigo mismo recordando que todos somos humanos y tenemos defectos.
Ser menos duro contigo mismo puede ayudarte a ser menos criticón con los demás. Todo en la vida comienza contigo.
Analiza el origen de tus sentimientos negativos, podrían tener su origen en la ira o los celos. Al pensarlo, estarás más dispuesto a ser indulgente con las personas.
12. Todos hacen lo mejor que pueden
La mayoría de las personas no intentan arruinar sus vidas intencionalmente. Por el contrario, suelen tener accidentes y, a menudo, tienen dificultades para afrontar esos problemas y situaciones difíciles.
¿Crees que los pobres realmente quieren empobrecerse? Por supuesto que no, ya que están trabajando muy duro para poner comida sobre la mesa y un techo sobre sus cabezas.
Es probable que la mayoría de las personas estén pasando apuros en este momento debido a las diversas dificultades de la vida. Para dejar de criticar, asume que los demás están haciendo lo mejor que pueden.
No querrás criticar constantemente a los demás, ya que eso puede afectar tu proceso de toma de decisiones y tu capacidad para emitir juicios acertados. Es importante recordar que tú eres al mismo tiempo el juez y el jurado de tu propia vida y sucede lo mismo con las demás personas.