La estrategia detrás del éxito de LEGO

En un mercado dominado por compañías públicas y conglomerados internacionales, resulta casi un acto de rebeldía que la empresa de juguetes más grande, rentable y admirada del mundo sea familiar y completamente privada.

LEGO no solo se ha convertido en la marca líder en ventas, sino también en un fenómeno cultural que trasciende generaciones y fronteras. La empresa danesa ha logrado mantener su esencia a pesar de décadas de retos económicos, transformaciones tecnológicas y crisis internas, demostrando que la autenticidad y la visión de largo plazo pueden triunfar sobre la presión por resultados inmediatos.

El origen humilde de un visionario

La historia se remonta a 1891, cuando Ole Kirk Christiansen nació en Filskov, Dinamarca, dentro de una familia modesta y numerosa. Desde joven, Ole mostró una personalidad resiliente y trabajadora.

Se desempeñó en actividades agrícolas antes de iniciar una carrera como carpintero, siguiendo a su hermano mayor como aprendiz. Su espíritu aventurero lo llevó a trabajar en Alemania y Noruega, donde perfeccionó su oficio antes de regresar a Dinamarca para fundar su propio taller en 1916.

Su vida no tardó en complicarse: en 1924, un incendio provocado por un calentador de pegamento destruyó su casa y taller. Lejos de rendirse, Ole reconstruyó el edificio con un diseño más grande y moderno, incluso adaptándolo para rentar habitaciones y así generar ingresos adicionales.

La Gran Depresión de 1929 empeoró la situación: tuvo que despedir a todos sus empleados y afrontar la pérdida de su esposa mientras cuidaba solo de cuatro hijos. Sin embargo, en medio del caos, encontró una oportunidad inesperada: aprovechar retazos de madera para fabricar juguetes pequeños y detallados. Así nació el primer atisbo de la visión que transformaría el juego infantil.

La participación clave del hijo mayor

Godfred, el hijo mayor de Ole, resultó esencial para el desarrollo del negocio. Aunque Ole era un artesano obsesionado con la calidad, carecía de habilidades comerciales. Godfred empezó a ayudar después de la escuela, promoviendo los productos y creando relaciones con tiendas.

Fue también quien impulsó la creación del lema “Solo lo mejor es suficientemente bueno”, una declaración que más que un eslogan, se convirtió en la brújula ética y operativa de LEGO.

En 1934, buscando una identidad más poderosa y memorable, decidieron bautizar a la marca como LEGO, derivado de la frase danesa “leg godt” (jugar bien), alineado con el propósito de la empresa. Paradójicamente, “lego” también significa “yo construyo” en latín, un detalle accidental que anticipó el impacto global de la marca en la construcción de mundos imaginarios.

Del aserrín al plástico: un salto revolucionario

En la década de 1940, la empresa aún fabricaba juguetes de madera, considerados entonces de alta calidad. Sin embargo, un viaje a Inglaterra en 1947 cambió todo. Ole y Godfred conocieron los bloques de plástico de Kiddicraft, una innovación que despertó su curiosidad. A pesar de que el plástico era visto como un material barato, se dieron cuenta de su potencial para crear piezas modulares, ligeras y duraderas.

LEGO invirtió agresivamente en maquinaria de inyección de plástico, utilizando el 6% de sus utilidades anuales para comprarla, un movimiento arriesgado que indicaba la audacia y visión a futuro de la familia. En 1949, lanzaron los “Automatic Binding Bricks“, precursores directos de los bloques LEGO actuales.

El diseño inicial no era perfecto: las piezas no siempre embonaban bien y carecían de la precisión que hoy conocemos. Sin embargo, en 1958, el año en que Ole falleció, patentaron el sistema que permitía la interconexión universal entre piezas. Este avance técnico convirtió cada ladrillo en un módulo compatible con cualquier otro, independientemente de la forma o el año de fabricación, cimentando la idea de un universo infinito de combinaciones y creatividad.

De la expansión a la amenaza de colapso

Tras la muerte de Ole y luego Godfred en 1995, la empresa entró en su tercera generación. La transición no fue sencilla. A finales de los 90, LEGO enfrentó una “tormenta perfecta”: la caída global de la natalidad redujo el mercado infantil, la aparición de los videojuegos capturó la atención de las nuevas generaciones, y la expiración de la patente en 1978 permitió a fabricantes chinos producir imitaciones más baratas. A esto se sumó la apreciación de la corona danesa y la presión competitiva de empresas que bajaban precios agresivamente.

LEGO optó por una estrategia de diversificación masiva, alejándose de su producto central. Se lanzaron líneas de ropa, relojes, videojuegos no licenciados y parques temáticos. En 1998, por primera vez en su historia, registró pérdidas (27 millones de dólares), cifra que se agravó a 220 millones en 2004.

Para ese año, la deuda ascendía a 800 millones y las ventas caían un 26% anual. La gestión directiva estaba fragmentada y operaba en silos, sin visión ni cohesión, mientras se multiplicaban los productos sin claridad estratégica.

La llegada de Knudstorp y el rescate decisivo

La crisis llevó a la familia a tomar una decisión radical: nombrar por primera vez a un CEO externo. Jørgen Vig Knudstorp, quien había trabajado en McKinsey y ya era alto directivo en LEGO, asumió el cargo en 2004. Su diagnóstico fue preciso: la empresa sufría de un exceso de creatividad sin dirección, altos costos, un portafolio inflado y falta de análisis financiero detallado por producto y país.

Knudstorp implementó una reestructuración profunda: despidió a mil empleados, vendió los parques temáticos (manteniendo solo un 50% de participación), redujo la gama de colores y componentes, y eliminó líneas no rentables. Introdujo métricas financieras rigurosas y compensaciones ligadas al desempeño.

Por primera vez, LEGO analizó con precisión qué productos generaban valor y cuáles drenaban recursos. Estas medidas drásticas redujeron costos y devolvieron el foco al ladrillo como producto central.

El renacer digital y la explosión creativa controlada

Durante la reestructuración, LEGO comprendió que debía aprovechar su herencia sin ignorar el futuro digital. En 2005, lanzaron el primer videojuego LEGO Star Wars en colaboración con Traveller’s Tales, vendiendo más de 50 millones de copias en total y generando ingresos por más de 3,000 millones de dólares en la siguiente década.

Además, desarrollaron la plataforma My LEGO Network, fomentando la interacción en línea y los concursos creativos donde los fanáticos podían proponer nuevos sets, integrando a la comunidad en el proceso creativo.

Este renacer digital consolidó un equilibrio virtuoso: mantener el bloque clásico como núcleo y, a la vez, expandir el universo LEGO hacia colaboraciones icónicas (Star Wars, Harry Potter), líneas arquitectónicas para adultos y experiencias de juego virtuales.

El resultado fue contundente: entre 2007 y 2011, las utilidades se multiplicaron por cuatro, incluso durante la crisis financiera global. En 2012, LEGO superó a Mattel como el mayor fabricante de juguetes del mundo, alcanzando un valor de más de 14,600 millones de dólares.

De juguete a ícono cultural global

En 2014, LEGO demostró la fuerza de su marca con el lanzamiento de la película “The LEGO Movie“, en alianza con Warner Bros. Este proyecto, considerado uno de los casos de “content commerce” más exitosos, convirtió a LEGO en un personaje en sí mismo, no solo en un producto.

La película recaudó 468 millones de dólares, generando una utilidad neta de 229 millones. Más allá de las cifras, representó la transformación de LEGO de un sistema de piezas a un símbolo cultural con narrativa propia.

La película expandió el “flywheel” de la marca: merchandising, videojuegos derivados, sets especiales y un fortalecimiento del vínculo emocional con consumidores de todas las edades. A diferencia de otros casos donde el personaje es el centro (como Barbie), aquí el verdadero protagonista era el sistema de construcción y la imaginación infinita que representa.

Una estabilidad en un mercado turbulento

Mientras la industria mundial del juguete atravesó una caída severa tras el auge pandémico, LEGO mantuvo una trayectoria ascendente. En 2023, el mercado global se contrajo un 8%, mientras LEGO creció un 2%, alcanzando ventas por 10,000 millones de dólares y 2,000 millones en utilidad operativa.

Este crecimiento se sostuvo gracias al impulso en Europa y Estados Unidos, además de la expansión agresiva en China, donde LEGO abrió 400 tiendas y concentra el 60% de sus nuevas aperturas. No obstante, el mercado chino presenta retos: un consumidor cada vez más cauto, fuerte competencia local y un entorno económico menos predecible.

LEGO también enfrenta presiones para reducir su huella ambiental, debido a la dependencia del plástico derivado del petróleo, lo que ha derivado en inversiones millonarias en sostenibilidad y materiales alternativos.

Actualmente, la propiedad de LEGO recae en cuatro nietos de Ole Kirk Christiansen, cada uno con una fortuna estimada en 6,000 millones de dólares. A pesar de ser privada, la empresa publica informes anuales con cifras transparentes, lo que refleja un compromiso con la rendición de cuentas y la reputación pública.

Este legado familiar, que comenzó en un pequeño taller danés devastado por incendios y crisis personales, se ha convertido en uno de los mayores ejemplos de resistencia y reinvención en la historia empresarial moderna.

LEGO no solo sobrevivió, sino que se consolidó como la empresa más valiosa y querida del mundo de los juguetes, logrando un balance casi perfecto entre nostalgia, innovación y relevancia contemporánea. Su historia enseña que volver a los valores esenciales, escuchar al mercado y adaptarse con inteligencia son las claves para trascender en el tiempo, sin perder el alma.

Chisme Corporativo - LEGO

10 consejos de negocio que aprendemos de LEGO

  1. Mantén el enfoque en el producto principal
    Lego demostró que alejarse de su producto central para diversificarse excesivamente puede poner en riesgo toda la empresa. Regresar al núcleo de lo que los hacía especiales —el bloque clásico— fue la clave para su recuperación y crecimiento sostenido.
  2. Escucha al mercado y adapta tu propuesta
    La empresa logró identificar la necesidad de ofrecer mayor libertad creativa al observar a los consumidores y escuchar a los vendedores. Convertir esa retroalimentación en un diseño mejorado cambió la trayectoria de la marca.
  3. Invierte en calidad y detalla cada aspecto del producto
    Desde sus inicios, Lego se enfocó en la calidad y la perfección técnica, asegurando que cada pieza embonara con cualquier otra. Este compromiso consolidó la confianza y la lealtad de sus clientes.
  4. Aprovecha las colaboraciones estratégicas para ampliar tu alcance
    Las asociaciones con franquicias como Star Wars y Harry Potter ayudaron a revitalizar la marca y atraer nuevas audiencias, mostrando que las alianzas pueden ser una vía poderosa para crecer.
  5. Gestiona la creatividad con foco y disciplina financiera
    La creatividad sin dirección puede dispersar recursos y debilitar la marca. Lego aprendió a canalizar su innovación hacia productos que reforzaran su identidad, evaluando rigurosamente la rentabilidad de cada línea.
  6. Implementa métricas claras y revisa la rentabilidad por producto
    La introducción de indicadores financieros por producto y país permitió a Lego identificar áreas no rentables y tomar decisiones informadas, una práctica clave para cualquier empresa que busque optimizar operaciones.
  7. Construye una comunidad sólida y fomenta la participación activa
    Lego entendió el valor de su comunidad, invitando a los usuarios a proponer nuevos diseños y participando en concursos. Esto fortaleció el vínculo emocional y convirtió a los clientes en embajadores de la marca.
  8. Sé flexible ante cambios demográficos y tecnológicos
    La empresa se adaptó a la disminución de la natalidad y al auge de los videojuegos creando productos para distintos segmentos, como adultos y coleccionistas, y desarrollando videojuegos y experiencias digitales.
  9. Apuesta por la sostenibilidad y prepárate para nuevas demandas
    Lego reconoció la presión ambiental sobre el uso de plásticos y empezó a invertir en materiales más sostenibles, mostrando la importancia de anticiparse a tendencias regulatorias y de consumo.
  10. Elige al liderazgo adecuado en los momentos críticos
    La decisión de incorporar un CEO externo que supo diagnosticar y revertir la crisis salvó a la empresa. Saber cuándo traer nuevas perspectivas y habilidades puede ser determinante para la supervivencia y el éxito.