A finales del siglo XX, Ray Kroc fue aclamado como el creador de McDonald’s. Su nombre fue incluido junto a íconos históricos como Einstein y Gandhi en una lista de Time Magazine. Sin embargo, los verdaderos creadores del restaurante más famoso del mundo, los hermanos Richard y Maurice McDonald, fueron borrados de la historia oficial. Ellos idearon un modelo operativo revolucionario para la época, pero su sueño de un negocio familiar y contenido fue desplazado por la ambición sin límites de Kroc.
El relato oficial de la compañía terminó siendo moldeado por quien tuvo más poder para imponerlo. Los hermanos McDonald no solo quedaron fuera de los libros de historia corporativa, también fueron víctimas de una narrativa que minimizó su rol fundacional. La transformación de McDonald’s en una potencia global comenzó con una historia de invisibilización.
Más que hamburguesas: un gigante disfrazado
Aunque McDonald’s es sinónimo de hamburguesas y cajitas felices, su verdadero poder reside en el sector inmobiliario. La compañía posee más de 30,000 propiedades en todo el mundo, superando incluso a muchas cadenas hoteleras. Este modelo le permite garantizar rentas estables y crecientes a lo largo del tiempo, sin depender directamente del éxito operativo de cada restaurante.
Además, su presencia en el mercado de juguetes es sorprendente. Con más de 3,400 millones de juguetes distribuidos anualmente en sus cajitas felices, McDonald’s representa el 23% del total de juguetes que circulan globalmente. Esta cifra lo posiciona no solo como líder en comida rápida, sino como una fuerza de distribución comparable con los gigantes de la industria del entretenimiento infantil.
El origen de Ray Kroc y su obsesión por triunfar
Raymond Albert Kroc nació en 1902 en Oak Park, Illinois, en el seno de una familia de inmigrantes checos. Su vida estuvo marcada por una constante búsqueda de éxito económico: trabajó como pianista de jazz, locutor de radio, vendedor de vasos de papel y finalmente como representante de máquinas para hacer malteadas. Sin embargo, a los 50 años, aún no había logrado su objetivo de convertirse en millonario.
Fue un pedido inusualmente grande de ocho máquinas para malteadas lo que despertó su curiosidad. El pedido provenía de un pequeño restaurante en California y contrastaba con los pedidos típicos de una sola unidad. Decidido a descubrir qué estaba ocurriendo, Kroc visitó el local. Allí encontró algo que lo deslumbró: un sistema de servicio ágil, una cocina eficiente y un concepto que, a sus ojos, podía ser replicado a gran escala.
El modelo Speedy Service System
En 1948, los hermanos McDonald reconvirtieron su negocio original, “McDonald’s Barbecue”, en un restaurante de hamburguesas con un modelo innovador. Llamado “Speedy Service System”, este modelo se basaba en la línea de producción desarrollada por Ford. Las hamburguesas se preparaban por adelantado, se mantenían calientes con lámparas y se entregaban directamente en un mostrador de autoservicio.
Eliminaron a los meseros, redujeron los precios y aceleraron los tiempos de entrega. El resultado fue un sistema de eficiencia quirúrgica que permitía vender más rápido, con menos personal y mayor control sobre el producto final. Esta innovación sentó las bases de lo que décadas después se convertiría en la industria global del fast food.
La entrada de Kroc y su ascenso imparable
Fascinado por el sistema de los McDonald, Kroc propuso abrir una franquicia en Illinois y convertirse en el representante de ventas del concepto. Aunque los hermanos aceptaron inicialmente, su visión era muy diferente. Ellos querían expandirse de forma controlada, manteniendo altos estándares de calidad y conociendo personalmente a los franquiciatarios.
Kroc, en cambio, veía una mina de oro. Su ambición no se conformaba con un crecimiento paulatino. Comenzó a tomar decisiones sin consultar, presionó para cambiar los contratos y buscó activamente el control absoluto del negocio. Su enfoque agresivo contrastaba con la mentalidad conservadora de los fundadores, sembrando las semillas de un conflicto irreversible.
El plan inmobiliario de Harry Sonneborn
En 1959, Harry Sonneborn propuso a Kroc una estrategia que cambiaría para siempre el modelo de negocios: que McDonald’s comprara los terrenos de sus franquicias y luego los arrendara a los franquiciatarios. Esto generaría ingresos duales: regalías por ventas y rentas inmobiliarias. Kroc, impresionado por la idea, nombró a Sonneborn presidente y CEO.
La rentabilidad de esta estructura era monumental. Los terrenos se adquirían con visión estratégica y se alquilaban con un margen considerable. Esta jugada no solo fortalecía el flujo de caja de la empresa, también ponía a McDonald’s en control de su red de franquicias, al condicionar el acceso al inmueble a las políticas de la marca.
La compra del negocio y la traición final
En 1961, Kroc compró el negocio a los hermanos McDonald por 2.7 millones de dólares. El acuerdo les garantizaba un millón limpio a cada uno. Sin embargo, una parte crucial fue verbal: la promesa de un 1% de regalías anuales. Kroc nunca incluyó esta cláusula en el contrato y nunca pagó dicha suma. La omisión, que parecía una formalidad, privó a los fundadores de una fortuna millonaria.
El impacto de esa traición es inmenso. A valor actual, ese 1% equivaldría a más de 129 millones de dólares anuales. No solo perdieron una retribución justa, también fueron desplazados por completo del relato empresarial. Para colmo, Kroc abrió un restaurante justo al lado del original, lo llevó a la quiebra y consolidó su monopolio en la narrativa corporativa.
Reescribir la historia
Ray Kroc procedió a borrar a los hermanos McDonald de la historia oficial. El relato corporativo cambió: ya no eran ellos los creadores del modelo de comida rápida, sino él. Su figura fue exaltada mientras los verdaderos inventores del sistema Speedy eran omitidos. Años después, la marca reforzaría su identidad visual con los arcos dorados y la creación del payaso Ronald McDonald.
Este proceso de reescritura no fue solo simbólico. Marcó una forma de operar donde el branding y el relato valían tanto como la operación misma. Kroc entendió que controlar la narrativa era tan importante como controlar el producto o el inmueble. Así nació el mito del emprendedor visionario, eclipsando deliberadamente a los innovadores originales.
Expansión y conflicto con Sonneborn
Tras la salida a bolsa de McDonald’s en 1965, la empresa vivió una fase de crecimiento explosivo. Sin embargo, las diferencias entre Kroc y Sonneborn no tardaron en surgir. Mientras Sonneborn buscaba frenar la expansión ante una recesión inminente, Kroc apostaba por seguir creciendo a toda costa. El desacuerdo fue irreconciliable y Sonneborn renunció.
La visión de Kroc se impuso: más locales, mayor presencia y consolidación global. Durante los años 70, la compañía diversificó su menú y superó los 1,000 restaurantes. La fórmula de expansión agresiva, sostenida por el modelo inmobiliario, se convirtió en la receta del éxito global que caracterizó a la marca en las siguientes décadas.
Crisis de imagen y healthwashing
A partir de los años 80, McDonald’s enfrentó un escrutinio creciente sobre la calidad nutricional de sus productos. Documentales y campañas críticas pusieron en evidencia los riesgos del fast food. La empresa respondió con iniciativas como el Arch Deluxe, buscando dar una imagen más saludable sin cambiar sustancialmente su oferta.
Este tipo de estrategias, conocidas como “healthwashing”, fueron duramente cuestionadas. Se trataba de un maquillaje comercial más que de un cambio profundo. Pese a ello, McDonald’s siguió creciendo, beneficiándose de su fuerte posicionamiento de marca, la nostalgia y su omnipresencia global. Sin embargo, las primeras grietas en su reputación empezaban a mostrarse.
El flywheel de McDonald’s
El “flywheel” de McDonald’s es un engranaje que se retroalimenta y amplifica su éxito. Está compuesto por tres elementos: franquicias, bienes raíces y restaurantes propios. Aunque solo el 5% de los locales son operados directamente, representan un espacio valioso para la innovación. El 95% restante pertenece a franquiciatarios, que permiten una expansión rápida y sin inversión directa.
La verdadera joya de la corona es el real estate. McDonald’s posee el 45% de los terrenos y el 70% de los edificios de sus locales. Esto le permite ingresos constantes a través de la renta mensual, independientemente del rendimiento operativo. Además, durante crisis como la del 2008 o la pandemia de 2020, este componente fue crucial para sostener su rentabilidad.
Fortaleza en tiempos de crisis
Las recesiones económicas han probado la resiliencia del modelo McDonald’s. En 2008, la caída del mercado inmobiliario permitió a la empresa adquirir propiedades a bajo costo. En 2020, durante la pandemia, sus ventas cayeron solo un 9%, mucho menos que otras cadenas, gracias a los ingresos por rentas.
En 2024, la empresa generó ingresos por 25,920 millones de dólares. De estos, 9,782 millones provinieron de restaurantes propios y 15,700 millones de franquicias. Aunque estas últimas generaron menos ventas, aportaron cerca del 84% de la utilidad total. La conclusión es clara: el modelo de franquicias e inmuebles es la piedra angular del éxito financiero.
Desafíos actuales y pérdida de relevancia
En los últimos años, McDonald’s ha enfrentado una creciente pérdida de relevancia en Estados Unidos. Nuevas cadenas como Chipotle y Shake Shack ofrecen opciones más frescas, rápidas y saludables. Entre 2019 y 2024, los precios de McDonald’s aumentaron un 40%, superando ampliamente el incremento del índice de precios al consumidor.
Los clientes perciben que la marca ha dejado de ser sinónimo de comida rápida y barata. En el primer trimestre de 2025, las ventas comparables en EE. UU. cayeron un 3.6%, la peor baja desde la pandemia. Además, la calidad del servicio ha disminuido, con tiempos de espera más largos y un trato al cliente deficiente, en parte por las condiciones laborales adversas que enfrentan sus empleados.
El dilema ético y el legado de Ray Kroc
El legado de Ray Kroc despierta un profundo debate moral. Su conducta empresarial estuvo marcada por traiciones, manipulaciones y apropiaciones injustas. Aun así, su capacidad para escalar un pequeño restaurante hasta convertirlo en una potencia global es innegable. Fue un visionario que entendía cada eslabón del negocio.
Kroc supo encontrar aliados estratégicos, diseñar estructuras operativas rentables y mantener una visión inquebrantable de crecimiento. Su historia obliga a reflexionar sobre el precio del éxito empresarial. ¿Es justificable sacrificar la ética en nombre de la grandeza económica? ¿Cuánto vale una visión, y qué se pierde al perseguirla sin escrúpulos?
Ray Kroc representa el arquetipo del empresario obsesivo, audaz e implacable. Gracias a él, McDonald’s no solo es la cadena de restaurantes más grande del mundo, también es una fuerza en la industria inmobiliaria y una distribuidora masiva de juguetes. Sin embargo, su ascenso estuvo marcado por decisiones moralmente cuestionables.
El caso de McDonald’s es una muestra del capitalismo en su forma más cruda: eficiencia operativa, expansión agresiva, marketing brillante y poca consideración por la historia de quienes lo iniciaron. Hoy, la marca enfrenta nuevos desafíos y deberá reinventarse si quiere mantenerse en la cima. Pero su historia, tanto luminosa como oscura, seguirá siendo una lección para empresarios y ciudadanos por igual.

10 consejos de negocio de la historia de McDonald’s
- Detectar oportunidades donde otros no ven valor
Ray Kroc identificó el potencial de un pequeño restaurante en California al notar un pedido inusual de máquinas para malteadas. Ver más allá de lo evidente puede revelar grandes oportunidades de negocio. - Escalar modelos exitosos mediante estandarización
El sistema “Speedy Service System” de los hermanos McDonald demostró cómo un modelo eficiente y repetible puede ser la base para la expansión masiva. La estandarización facilita el crecimiento sostenido. - Controlar activos estratégicos para asegurar ingresos constantes
La adquisición de los terrenos donde se ubican los restaurantes permitió a McDonald’s asegurar rentas mensuales y reducir su dependencia de las ventas diarias. Controlar el real estate fue clave para su modelo financiero. - Aprovechar el apalancamiento de las franquicias
Al expandirse mediante franquicias, McDonald’s logró crecer rápidamente sin comprometer capital propio, delegando la inversión inicial a terceros sin perder el control operativo. - Diversificar ingresos para mitigar riesgos
Ingresos provenientes de ventas, regalías y rentas permiten a la empresa resistir crisis económicas. Esta diversificación ha sido esencial para su estabilidad financiera a largo plazo. - El valor de construir una narrativa poderosa
Kroc comprendió que controlar el relato de origen de la empresa era tan importante como controlar su operación. La narrativa de marca consolidó su figura como visionario y fortaleció la identidad corporativa. - Innovar continuamente en el modelo de negocio
La incorporación de elementos como el real estate, el enfoque en juguetes y los menús adaptados a nuevas tendencias permitieron a McDonald’s mantenerse relevante durante décadas. - Identificar el momento adecuado para ser agresivo o cauteloso
El conflicto entre Kroc y Sonneborn mostró que saber cuándo expandirse o frenar es crucial. Aunque Kroc optó por crecer sin tregua, la visión de Sonneborn reflejaba prudencia ante contextos económicos adversos. - Desarrollar un “flywheel” que se retroalimente
McDonald’s construyó un ecosistema donde cada parte del negocio potencia a las otras: franquicias, inmuebles y operación directa se alimentan mutuamente y refuerzan la estabilidad del sistema. - Revisar constantemente la propuesta de valor frente al mercado
Las nuevas generaciones de consumidores exigen calidad, rapidez y precios justos. McDonald’s enfrenta hoy el reto de adaptarse o perder relevancia. Escuchar al cliente y responder con agilidad es más vital que nunca.